viernes, 8 de diciembre de 2017
jueves, 7 de diciembre de 2017
Microensayo sobre los medios de comunicación
Quizás la obra más destacada de
Platón sea La República, y más
concretamente el libro VII, en el que se trata el mito de la caverna. Un mito
que ha dejado un gran impacto en la filosofía occidental, de tal forma que es
obligatorio estudiarlo en el instituto. Este mito, Platón hace una fantástica
analogía, entre la historia de un prisionero que vive encadenado por los
sofistas en una caverna, y este lucha por salir al exterior, y la diferencia
entre el mundo sensible y el mundo inteligible, es decir, el paso de la
ignorancia a la sabiduría. Todo, absolutamente todos los elementos del mito,
tienen doble sentido, es una perfecta analogía, la cual es considerada
merecidamente una obra de arte. Bien, pues el tema del que voy a tratar, es esa
ignorancia. ¿Somos ignorantes?, y si lo somos, ¿cuál es nuestra caverna? Bien,
pues durante la historia de la humanidad, la caverna ha ido cambiando, y los
sofistas también siendo ahora los medios de comunicación la caverna y las
grandes empresas los sofistas, que nos hacen vivir en una burbuja, ocultando y
tratando de escondernos la realidad.
Haciendo un análisis de como la
gente ha seguido siendo ignorante toda la historia, nos encontramos que hasta
hace relativamente 100 años, la mayoría de la población era campesina, viviendo
en la ignorancia, otorgada por la iglesia, o estado, que no les interesaba
hacerles ver la realidad. Pero una vez se ha salido de ese pozo, que
cronológicamente, al menos aquí en España lo podemos considerar unos 70 años
atrás más o menos, cuando la educación primaria fue pública y obligatoria para
toda la población. Un gran paso, para salir de esa ignorancia, pero nada más
salir entramos en otro, los medios de comunicación. La aparición de la
televisión y la radio, y más tarde el internet, entre otros, dio paso a las
grandes empresas a promocionar sus productos, de tal manera que quien no tenga
esos productos, no forma parte de la gente normal, es decir, se crea como una
clase social consumista que sin esos productos se queda al margen de la sociedad,
por ejemplo, una familia, sin una casa, coche, televisión, horno, microondas,
aire acondicionado, lavadora, etc no es una familia normal, todas estas
comodidades no están al alcance de todo el mundo, y eso , en parte, crea
exclusión social. Y no podemos olvidarnos de los cánones de belleza, los
cuales, nos aparecen en todas partes, ya que los medios de comunicación
aprovecharon para inflar de tal manera a la sociedad de una serie de reglas de
belleza, forma de ser o vestir, que, si no las sigues, desde luego que estas al
margen de la sociedad.
En conclusión, la analogía queda
clara, la caverna son los medios de comunicación, y los sofistas las grandes
empresas, que al ocultarnos la realidad, estamos realmente acomodados en la
ignorancia de que lo que nos venden es lo mejor para nosotros, y no queremos
hacer el esfuerzo que hizo ese prisionero al liberarse de las cadenas, un
esfuerzo que supone llegar a conocer la verdadera realidad, y solucionar el
verdadero problema, la manipulación.
Las paredes rosas de mi caverna
LAS
PAREDES ROSAS DE MI CAVERNA
Platón,
teniendo 8 u 80 años, habiendo estudiado filosofía o no, es un
nombre que todos habremos escuchado alguna vez en nuestra vida. Ese
gran filósofo de la antigua Grecia que contaba historias, a veces
inalcanzables a nuestra comprensión y otras veces que parecían
cuentos para niños. Lo más curioso, es que esos cuentos para niños,
esos mitos, casi 2500 años más tarde, siguen siendo aplicables a
nuestra vida.
¿Habéis
oído hablar alguna vez del mito de la caverna? Unos hombres que
llevan encerrados en una caverna toda su vida, encadenados, sin poder
moverse ni hacer más que ver sombras reflejadas en la pared que
tienen enfrente; para ellos, su realidad. Un día, uno de ellos
consiguió escapar de las cadenas y salir de la caverna, y descubrió
la verdadera realidad, el mundo natural. Cuando regresó al interior
de la caverna a contarle a sus compañeros lo que había visto, no
quisieron creerle; preferían seguir viviendo en la caverna, con sus
sombras, que es a lo que estaban acostumbrados. ¿No os suena?
Hoy
en día cada uno tiene su propia caverna personalizada, una serie de
pensamientos que nos inculcan desde pequeños y nos condicionan en
nuestra manera de pensar y actuar. Podríamos decir que uno de los
más extendidos es el prototipo de mujer del siglo XXI. Este nos
convierte en una especie de “superwoman” capaz de desempeñar un
trabajo fuera de casa, ocuparse de las tareas del hogar y mantenerlo
impoluto, encargase del cuidado de los niños y todo lo que demandan,
y por supuesto, siempre con un aspecto impecable.
Así
es, desde que nacemos nos asignan un papel en la vida en función de
nuestro sexo. Ya de niños, en vez de pedirnos unas construcciones
Lego que desarrollen nuestra creatividad como regalo de Navidad,
preferimos una casa de vacaciones de la Barbie con la muñeca
incluida y su vestido de fiesta de purpurina rosa o una cocinita de
las princesas, que estén en las páginas rosas de la revista, que es
“más de niñas”, claro.
Ahí
están nuestras sombras: los medios de comunicación, que, a través
de la radio, la televisión, etc, nos venden unos ideales bastante
ambiciosos e irreales sin que nos demos cuenta de ello. Porque, qué
casualidad que en la gran mayoría de los anuncios de productos de
limpieza aparezcan mujeres o los de alimentos dietéticos estén
dirigidos también al público femenino, ¿no?
Son
los medios de comunicación los que nos hacen creer que hemos
avanzado, que por fin hemos conseguido la igualdad entre el hombre y
la mujer; pero lo cierto es que no es así, que vivimos en una
sociedad con trasfondo machista, incluso en las propias
mujeres. Son los medios de comunicación los que nos hacen creer que
hemos salido de la caverna, cuando simplemente nos han trasladado a
un recoveco más profundo, pero más iluminado, con las paredes de
otro color, rosa, por ejemplo.
¿Qué
solución podríamos darle a todo esto? A estas alturas es difícil
moldear nuestros pensamientos, ya que somos como plantas que han
crecido a base de pensamientos machistas, y por muchos que nos poden,
esas ideas van a seguir estando en nuestras raíces. Al final va a
tener razón Platón en que la solución a todos nuestros problemas
radica en una buena educación. Si desde pequeños nos enseñan los
valores de igualdad, respeto y tolerancia, quizás algún día
consigamos salir de este bucle en el que nos encontramos inmersos.
Aunque, ¿para qué cambiar las cosas, si siempre han sido así?
Andrea
Jiménez Moreno 2ºB
Microensayo sobre Platón
En el libro
octavo de la República, Glaucón reflexiona para llegar la conclusión de cuál
sería el Estado ideal, cosa que ya hizo Sócrates anteriormente.
Llegó hasta
lo siguiente: El mejor Estado era la aristocracia
de reyes filósofos, es decir, que la figura ideal para gobernar un Estado ideal
sería el filósofo. Todas las demás formas de gobierno son deficientes. Glaucón
le pregunta a Sócrates cuales son esos sistemas deficientes, y le dice que
son la timocracia, la oligarquía, la democracia y la tiranía.
Con respecto
a la actualidad dado en el mundo en el que vivimos, pienso que nuestra
organización de la sociedad está directamente relacionada con la timocracia. El
primer régimen derivado de la ciudad perfecta es la timocracia.
No tiene gobernantes sabios y son sustituidos por otros más simples. Estos no
pueden más que llevar al país a una guerra permanente
además de inclinarse hacia las riquezas y los placeres en lugar de la filosofía
y la música. Su mayor deseo es el de imponerse y ser sobrestimado.
“La corrupción cuesta 87.000 millones de euros
al año a los españoles” -Noticia de La Sexta
Como podemos ver aunque se llegó a esta conclusión hace muchísimos años, la
timocracia está presente en nuestro país en el cual nos gobiernan personas que realmente
no saben gobernar. Estos se dejan llevar por el dinero y no tienen en cuenta ni
a los ciudadanos ni sus necesidades. No les importa la educación, la sanidad ni
la cultura, lo único que de verdad les mueve es toda la riqueza y cualquier
cosa que pueda beneficiarles personalmente.
¿Qué por qué no invierten en educación el dinero en vez de robarlo?
La respuesta es clara, aparte de que son corruptos, el que se invierta en
educación no les conviene, el que tengan que gobernar a personas cultas, con
capacidad de pensar, capaces de decidir, no les conviene. Porque es así de
triste, a las personas que nos gobiernan les viene mejor que seamos personas
incultas, para poder manipularnos y así hacer con nosotros lo que quieran, nos
controlan, y nos llevan por el camino que a ellos les conviene.
Lo ideal
sería una democracia pura. El problema es que el ser humano no es perfecto, y
se ve influenciado por los aspectos de su vida. La mayoría de las personas,
aunque comiencen con unos firmes ideales, con el tiempo, al final, casi todo el
mundo tiene un precio.
miércoles, 6 de diciembre de 2017
La caverna
El mito de la caverna de Platón ha dado lugar a muchos conflictos entre pensadores a lo largo de la historia, y su influencia en el mundo occidental ha sido tremenda. Tal ha sido que hasta finales del S.XIX es Nietzsche quien rompe la tradición filosófica occidental cuyas raíces están en Sócrates, Platón y la filosofía cristiana de la Edad Media. No obstante, las teorías de Platón han seguido hasta nuestros días, su influencia aún está presente y se deja ver en muchos casos, como por ejemplo: La gran importancia que le dio a la educación que aún está presente en la política de la mayoría del mundo, la lucha contra la corrupción, o la lucha contra los sofistas que engañaban con su retórica y oratoria, que actualmente vendrían a ser los medios de comunicación que nos engañan con sus técnicas en publicidad y marketing. Pero el tema en que me voy a basar es el que propone el autor José Saramago, en su libro La Caverna. Saramago en su obra hace una magnífica analogía entre la caverna del mito de Platón con las actuales cavernas, los centros comerciales.
Saramago aprovecha el mito de Platón y lo pasa a términos actuales, aplicándolo sobre la situación actual del mundo y nuestra forma de vivir. Para entenderlo primero hay que entender el mito de la caverna. En este mito, encontramos a unos prisioneros encadenados en una caverna, mirando hacia dentro y con un gran muero detrás. Encima del muro, detrás de ellos, hay unos hombres creando sombras, con la luz de un fuego y utensilios. Estas sombras se reflejan en el fondo de la cueva, donde los prisioneros están obligados a mirar siempre, por lo tanto, en toda sus vida solo han visto sombras, escenas de todo tipo, pero solo sombras, sombras de bosques, soldados, animales, etc., todas reflejadas por esos hombres, los cuales eran los sofistas. De pronto, un prisionero se liberó y consiguió salir al exterior y ver la realidad. Con este rápido resumen del mito, centrado más en el interior de la caverna, ya podemos entender el libro. Un libro en el que Saramago propone que los centros comerciales sean las actuales cavernas, pero ¿Por qué? ¿Qué hace que lo sean? Pues bien, tan solo hay que entender la sociedad actual, la cual ha ido integrándose en el último siglo en una sociedad plenamente capitalista, donde las grandes empresas y las grandes marcas tienen la hegemonía. Esta situación ha llegado a tal punto que si no vistes de tal manera o con tales marcas puedes estar excluido socialmente, en el sentido de que no te miren bien los desconocidos o no te acepten en algún círculo de amistades, de trabajo o cualquier cosa. Este proceso ha sido posible gracias a los medios de comunicación que han sido una vía transmisora de las empresas hacia la población. Y el claro reflejo de este modelo económico que ha pasado a ser también un modelo social, son los centros comerciales como bien propone Saramago en La Caverna. Los escaparates son los utensilios, las grandes empresas los sofistas, y los medios de comunicación el fuego, el medio que permite reflejar los utensilios en la cueva que ven los prisioneros, es decir, nosotros, la sociedad.
lunes, 4 de diciembre de 2017
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